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domingo, 3 de junio de 2012

EL ERUDITO DEL PORNO




A los 25 años, Hernán Panessi es el argentino que más sabe de cine triple X. En una modesta casa del sur del conurbano bonaerense, atesora videos incunables, como la película porno que protagonizó Xuxa. Se hizo de abajo, comprando VHS en los últimos videoclubes de barrio. Hoy tiene línea directa con Víctor Maytland, el rey de los cineastas condicionados, y escribe una enciclopedia que registra los 100 años del porno argentino.
Licenciado en Relaciones Públicas por la Universidad John F. Kennedy. Estudiante avanzado de la liceciatura en Periodismo. Coleccionista de memorabilia, ocasional actor, gamer y cinéfilo confeso. Autodeclarado especialista en la entelequia conocida como "Cultura Nerd". Periodista cinematográfico especializado en cine de género. Colabora para diversos medios de comunicación argentinos e internacionales en gráfica, Internet y radio. Co-director ejecutivo del sello VideoFlims Distribución.


A los 15 años Hernán Panessi tenía el mismo sueño que sus amigos del barrio, que a la vez era el mismo sueño de la mayoría de los pibes de Gerli: jugar en Independiente. En ese barrio de casas de revoque grueso del sur del Gran Buenos Aires que pertenece un poco a Lanús y otro poco a Avellaneda, los grafitis que más se leen dicen: Gerli es del Rojo. A esa edad Panessi jugaba de 10 en el Barracas Sur de Avellaneda y más de una vez se imaginó que él podía ser un nuevo Bochini. Para sus amigos era un crack, un ídolo, un capo, un mostro. Pero no por sus gambetas: era el único pibe de la manzana que tenía Internet. El primero que pudo descargar algo de porno con conexión dial up: un minuto y medio que Panessi y sus amigos vieron ochocientas veces, mientras tomaban birras y pitaban Marlboros.
Cuando era un adolescente, Panessi se hacía los claritos en el pelo y guapeaba por unas monedas a la salida de los boliches. Mientras los padres se separaban, su habitación era el lugar de encuentro para los amigos.
-A los 13, 14 años vi varias películas porno en VHS, de esas que venían con las revistas o que te pasaba el hermano más grande de un amigo, pero no fueron tantas. Yo soy, claramente, un hijo de Internet. Mi consumo voraz del porno tiene que ver con estar noches sentado frente a la computadora buscando páginas donde no hubiese que pagar para bajar porno. Si me habré comido virus por instalar boludeces.
Con 25 años -aunque parezca de 30- Hernán Panessi está implicado en la desaparición de los videoclubes de barrio que fueron devorados por el cable. Supo chusmear en ese rincón prohibido del local donde se veían rubias descomunales y torsos musculosos pero nunca llegó hasta el mostrador con esas cajas del tamaño de las Zucaritas para poner cara de nada y salir con una porno bajo el brazo. Sus primeras alteraciones químicas a base de imágenes las tuvo en sexto grado con las películas softcore del canal Film Zone y con los programas “Real sex” y “Sex bytes” de la señal I-Sat. “De guacho me volvía loco con esa gilada”, dice.
Nostalgias de videoclub
Desde que tiene conciencia cinéfila Hernán Panessi anota todas las películas que ve en una libreta espiralada con abecedario. Cuando dice todas son todas: “hay películas de cine shampoo de sábado a la tarde y otras que vi en viajes en colectivo. No falta ninguna”.
A los 13 años era un devorador de películas de todo tipo y un juntador de cosas que a sus amigos ya nos les interesaba: cómics, revistas de lo que sea, muñecos y muñequitos, posters, latas, figuritas y esos VHS que a otros les molestaban porque el DVD ya estaba entre los mortales.
-El VHS me resulta un objeto hermoso: la textura, el diseño de las tapas, la cultura del videoclub me da nostalgia, una nostalgia rara porque casi no la viví. Todo el puto cine del mundo, en su momento, se editó en VHS. Si vos contrastás lo que está en VHS y lo que está en internet te das cuenta que el VHS le rompe el orto a los boludos que dicen que en internet está todo.Cada uno de los videos de su colección está en sus cajas correspondientes, envueltos en papel film para protegerlos de la humedad y pronto los tendrá exhibidos en lo que supieron ser los anaqueles del desaparecido Mondo Macabro, aquel mítico local de cine de terror y videos bizarros que estaba en la Galería del Óptico de calle Corrientes. “Me volvía loco ese lugar boludo, ahí conseguí material increíble para mi colección” Unos 10 años atrás, cuando Panessi se enteraba que un videoclub de la zona estaba por cerrar -tras haber mutado en kiosco con venta de panchos y medialunas-, él caía buscando su alimento de sublimación. No le interesaba “Querida encogí a los niños” ni “Un detective suelto en Hollywood” sino películas de terror clase B, del subgénero Z, de marcianos, Hentai y porno; en particular porno argento, un género que escaseaba en los videoclubes porque la mayoría de las películas eran yanquis.
Son las once de la mañana de un domingo y la gente en Gerli recién se levanta. Algunas señoras ventilan un poco la casa y riegan las plantas, siempre detrás de la reja. Panessi camina hacia la panadería donde siempre compra “unos chipás que están zarpados”. Parece que a todo el barrio se le dio por ir a comprar el pan a esa hora porque la cola llega hasta la calle. “Ya fue, vamos que en casa debe haber unas Cerealitas”, dice resignado. 
-¿Cómo empezaste a obsesionarte con el porno argentino?
-Es que a mí no me gusta lo evidente como puede ser Playboy, me gusta la exploración, me cabe lo marginal boludo, y nuestro porno, si bien tiene una industria, es marginal. Hay películas como “Mi madre”, de Marcelo Vignera, un director que se lo conoció en los 90 como “el amateur”, donde el mismo tipo se filma con una vieja que en realidad era su vecina y en el que vos escuchás que hablan de una tía y después se la termina garchando mientras de fondo se escuchan Los Redondos, ¿entendés? Eso me gusta a mí, boludo.
-¿Hay un público de porno argentino?
-Hoy ya no. Hace 15 años capaz, pero con internet cambió todo. Hoy ya nadie ve una peli porno entera, a nadie le interesan los diálogos, hoy el consumo del porno es fragmentado y específico: quiero un negro con una enana, y buscás eso, o quiero dos lesbianas chupándose y que sea ya, ya, ya, dale, dale, dale.
-¿Cuántas películas de porno argentino tenés?
-198 en total. Tengo todas o casi todas del ‘89 hasta acá, pasa que no son todas originales. Y eso me rompe las pelotas.









Que groso Panessi , lo conocí por medio de los chicos de “Toronja Producciones” al enterarme que era parte del equipo de trabajo de la película en rodaje “Lucho´s Big Adventure” Dirigida por Esteban Rojas . Me envió una invitación para ser extra en esa película y luego junto a mi prima , y solo un cruce de palabras como “yo no tomo coca , prefiero la Sprite” lo conocí .
 Suelo hablar por chat con el y me lo sigo cruzando en eventos de Toronja.Prod o en estrenos de pelis como “Plaga Zombie , revolución Tóxica”
Es un buen pibe, un chico de barrio..osea como muchos de nosotros , buena gente.


Rocio Jara

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